domingo, 26 de octubre de 2008

Noche en Lisboa

Pasan de las once de la noche de Lisboa y el Marqués de Pombal, como cabía esperar, preside la Avenida da Liberdade, me siento pequeño contemplando la estatua en su pedestal. No hace ni frío ni calor, es más, hace las dos cosas como si el tiempo no acabase de decidirse.

Esta noche de otoño tiene las calles vacías. A pesar de tener que madrugar al día siguiente no se puede perdonar un paseo nocturno. Lo del business travel te deja siempre pequeñas rendijas por donde escurrirse.



No encaminamos al barrio alto aunque el inicio sea cuesta abajo. Subimos por una callejuela al azar tras pasar fugazmente por un festival de cine gay. El tráfico se ha esfumado, estamos sólos. El centro de la calzada es nuestro, vamos desafiando las sombras y los gatos. La magia de Lisboa se condensa en la humedad del aire. Los sonidos de la noche nos llevan a una zona de restaurantes, ya casi todos los comensales se fueron y los camareros se afanan en recoger. Al final de una empinada cuesta resuena una música que nos hace subir a paso decidido. La sorpresa nos deja perplejos, la calle está abarrotada de gente bebiendo y celebrando, es martes y pasa con ganas de la medianoche.



Lo recuerdo claramente hace más de diez años estuve en este mismo lugar, parece que no ha cambiado nada, las personas que van riendo y bebiendo son las mismas. Tal vez lo único que ha cambiado soy yo.

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bien escrito, es verdad, parece que no pasa el tiempo en Lisboa. La última vez que estuve allí fue en 1982, quizá lo único diferente es el festival de cine gay, que antes eran de otra cosa.
Juan

Unknown dijo...

Yo también lo recuerdo. También estuve allí hace bastantes años, exactamente 12 y fue contigoo.

No hemos cambiado tanto, no?¿?
Saludos
Sebas

http://picasaweb.google.es/sebas.font/Portugal#5162681986769951810