lunes, 4 de febrero de 2008

Sobre el carácter indio al volante

La conducción en la India puede resultar estresante para un occidental. En el Hindostán no se respetan normas que son de uso común en otras latitudes.

En carreteras estrechas cada vez que se encuentran dos vehículos en sentidos opuestos se produce la disyuntiva de quién se mantendrá en el centro y quién deberá salir al arcén. En principio el tamaño define la prioridad, pero entre coches no hay diferencias y el modo de proceder consiste en aguantar hasta el último momento. Cuando la colisión parece inminente ambos vehículos dan volantazo y pasan prácticamente rozándose. En ese caso ambos conductores aguantaron al máximo y se reparten equitativamente el espacio. Si uno de los conductores hubiera sido novato, habría cedido mucho antes todo el asfalto.




En cuanto a los adelantamientos, estos suelen ser largos ya que los coches no tienen mucha potencia y los vehículos adelantados no aminoran para facilitar que los adelanten. En ocasiones ocurre que una maniobra de adelantamiento es tan larga que un tercer vehículo inicia un adelantamiento para adelantar al adelantador. En teoría un conductor viajando en sentido opuesto podría sentirse cohibido por la muralla de vehículos que se le viene encima, pero en apariencia se mantendrá tranquilo, en cambio un extranjero viajando en ese vehículo sufrirá una repentina subida de pulsaciones acompañada de cierta ansiedad. Cuando lo peor parece inevitable se produce una maniobra estilo Tetris y de la nada surge un hueco por donde cruzar.

En estas maniobras de adelantamiento el vehículo que adelanta disputa el carril a los que vienen de frente, este conflicto se resuelve por jerarquía de volumen. Si el adelantador es un vehículo mayor se mantendrá firme y su oponente deberá salir al arcén. Puede ocurrir que no quiera y se queje con una combinación de largas y bocinazos. En ese caso el adelantador con un gesto de la mano indicará el arcén a su oponente. He observado en multitud de ocasiones como los conductores sacaban al arcén motos y bicicletas que quedaban envueltas en el polvo de la tierra.

Si el adelantador es un vehículo menor que el que viene de frente entonces desistirá en su maniobra, un gesto sorprendente para el carácter indio que es de una persistencia y empuje sin iguales.

Aunque esté indicado no existen vías de sentido único. Por ello el error más grande que se puede cometer es pensar que ya no pueden venir vehículos en sentido contrario. En autopistas con mediana nos hemos encontrado con camiones, vacas o rebaños de camellos en sentido contrario a nuestro avance. Esta situación no pareció nunca molestar o sorprender al conductor.

Las vacas como grandes protagonistas pueden aparecer en cualquier carretera y son respetadas por todos los conductores. Todo conductor a la vista del sagrado animal reducirá su velocidad y se someterá a su voluntad. Eso sí, la bocina y algún que otro empujoncito con el morro del coche están permitidos.

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